viernes, 22 de mayo de 2015

Opinión. La fotografía y la tecnología.

Hoy quería opinar sobre cómo la tecnología ha influenciado en nuestra manera de hacer fotos, de procesarlas y de compartirlas. Este tipo de artículos abundará ya que un blog sin dar la opinión no es un blog. Así pues, lo que aquí expreso será un 80% opinión y por tanto solo un 20% verdad.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Si hay algo que creo que ha mejorado enormemente en la fotografía con el paso del tiempo y con los avances tecnológicos no es la calidad de imagen o el ruido, más bien la accesibilidad a tener una cámara y poder hacer fotos. Creo que esto es un factor muy importante y que no a todos les sienta igual de bien. Vayamos por partes:
- Hace unos años, allá por el 2000 y poco, hubo un boom impresionante en cuanto a la fotografía digital en cámaras compactas y parecía que de una vez por todas quedaban relevadas las cámaras de carrete de usar y tirar por una nueva horda de compactas con un zoom cada vez más amplio y un sensor no demasiado grande. Eso fue un cambio duro. Las fotos ahora se podían borrar y no importaba sacar una ráfaga de 10 fotografías ya que en la tarjeta cabían 300. Sí, la diferencia con los 24 o 36 fotogramas de una cámara analógica era abismal. Y no solo eso, por fin nos olvidábamos de tener que elegir si el carrete era ISO 100 para la playita o ISO 800 para las fotos de la comunión de nuestro primo. En resumen, la fotografía se había vuelto asequible para todos, revelar fotografías ya no requería invertir dinero e ir al FotoPrix si no que se hacía en casa, gratuitamente y a nuestro antojo.
- Pocos años después empezaron a llegar las reflex "entry level", esas cámaras reflex que Canon y Nikon sacaron con un único objetivo: que el fotógrafo amateur / aficionado / entusiasta pudiera optar a tener una cámara con un sensor mayor al de las compactas y con un visor como el del fotógrafo de bodas. Este otro cambio también fue importante: la gente empezó a ver que las fotos que conseguía con su equipo no estaban muy lejanas a las que conseguía cuando contrataba un "book" en el estudio de su barrio. Real y desgraciadamente, en la mayoría de los casos eso no era más que un error. Se desvaloraba el trabajo de un fotógrafo con una formación a nivel de composición y control de luces para reducir el proceso de sacar una foto en ver lo bien que se ve si la amplias en tu ordenador y el desenfoque tan genial que consigues en la taza de café.

Ahora ya han pasado unos años e incluso el boom de las reflex nos queda ya lejos.
Yo mismo estuve a punto de comprar una reflex digital, aunque me conformé con una Nikon F65 y unos carretes Superia 200:

Revelado del primer carrete con la F65. Mi gata Arya como modelo.

Pero lo importante es que después del boom de esas cámaras "grandes y potentes" para que todos puedan "sacar fotos pro" de sus vacaciones, vinieron cambios más precipitados y apilados en el tiempo. Empezando por las cámaras sin espejo, que prescindian del visor óptico para reducir el tamaño del equipo manteniendo (o intentando mantener) la calidad de imagen.
Y no acaba aquí la cosa: ahora ya tenemos un repertorio de cuerpos y sistemas con miles de cristales.
¿Pero y si lo compartimos?
Al fin y al cabo la mitad de las fotos que se hacen tienen como único objetivo ser compartidas en redes sociales o informar de dónde y cómo estamos en ese momento.

EL WIFI

Menudo invento. Poner una antena WIFI y olvidarnos de sacar la tarjetita de la cámara para subirlas a Facebook. No, es mucho más que eso. Gracias a llevar un móvil o tablet con conexión a Internet nos permite prescindir completamente del ordenador. Y realmente no hace falta que nos pongamos a llorar por no tener WIFI en nuestra cámara, es tan fácil como comprar una SD con WIFI y empezar a disfrutar:


Tenemos en el mercado al menos tres opciones que nos vienen de la mano de Toshiba, EyeFi o Transcend. Todas ellas con sus respectivas aplicaciones móviles y sus pros y contras.
Todas ellas funcionan como punto de acceso WIFI que nuestro terminal reconocerá. Pondremos su contraseña y ya podremos bajar las fotografías para retocarlas y compartirlas. La única pega es, excepto en la EyeFi Pro, que solo podemos trabajar en JPG y que requiere que la cámara esté encendida durante el proceso de transmisión.

Ahora ya tenemos las fotos en el móvil o en la tablet pero a nadie le acaban de convencer los JPGs directos de la cámara y los filtros de Instagram no nos gustan ni soporta otro formato que no sea el 1:1 (cuadrado). No temáis, ya hay alternativas que os alegraran el día.

SOFTWARE DE PROCESADO

Aquí, si bien hay un mercado amplísimo, quisiera hablaros de las dos que más conozco y que he podido utilizar con unos resultados muy certeros.

VSCO CAM: Fue el primer programa que me bajé para hacer retoques rápidos en el móvil o iPad. La idea es que cuenta con unos filtros, la mayoría menos agresivos que en Instagram, a la vez que también tiene retoques generales como son la saturación, exposición, etc. Además cuenta como red social, ya que nuestras fotos una vez retocadas pueden ser compartidas en redes sociales pero también posteadas en nuestro "grid" de VSCO. La idea es buena y los presets me gustan. Algunos de ellos son gratuitos (suficientes para poder trabajar con ellos) aunque otros valen >3€. Recomiendo que si hay interés en ella os hagáis una cuenta porque puntualmente van regalando packs de presets que luego vuelven a estar de pago.
La cosa no acaba aquí. Como ventaja cabe destacar que puedes guardar en la nube las imágenes que vayas tomando, aparentemente sin límite de almacenamiento, aunque con una ligera compresión del archivo JPG. Y no solo eso, si no que puedes enviarte las fotos directamente del ordenador haciendo uso de su web. El enlace está un poco oculto: https://vsco.co/upload/


 Aquí podemos ver el efecto de dos filtros, por ejemplo.

Además, como hemos comentado, también cuenta con otros parámetros, como mejorar la nitidez.




SNAPSEED: Esta fue la segunda aplicación que me recomendaron y sinceramente es la que se lleva el primer puesto actualmente. Antes de pasar a lo bueno, comparándola con la anterior, cabe destacar que no cuenta con una biblioteca en la nube ni con una red social propia (esto no tiene porque ser una desventaja). Por otra parte cuenta con muchos puntos positivos. Primero de todo cabe destacar que tiene un menú mucho más desglosado:
Como veis, arriba tenemos ajustes clásicos. "Ajustar foto" nos permite trabajar con parámetros como exposición, sombras, temperatura... mientras que el resto son autodescriptivos. Mención especial a los retoques selectivos que son aplicados como un "pincel" en Lightroom o Photoshop permitiendo que hagamos retoques por zonas; eso sí, de forma poco precisa si trabajamos en un móvil.
Por otra parte, debajo tenemos otro menú de filtros bien diferenciado que merece especial atención.
Los filtros van más allá de cambiar nuestro histograma. Tenemos una herramienta para desenfoque selectivo, así como un modo automático de HDR (con diferentes actitudes para retratos y paisajes). Me gustaría, sobre todo, hablar del modo "B/N". Lejos de incluir filtros que aportan contraste, clave alta y clave baja, tiene un editor que simula filtros de color. Eso permite que cambiando los canales de color de nuestra imagen original consigamos un resultado muy diferente, usado antaño con filtros de colores para las lentes:

Misma fotografía con diferentes filtros de color y pasada a monocromo.

Esta característica, aunque incluida en Lightroom y otros programas de procesado, no es habitual verla en aplicaciones móviles y nos permite conseguir resultados muy distintos sin alterar el propio histograma de nuestra fotografía.
En resumidas cuentas, considero que Snapseed me da un control más estricto sobre lo que retoco. Me da la libertad entre elegir un filtro y un marco y acabar rápido el procesado o verdaderamente toquetear a fondo y moldear tanto como quiera el archivo original, que solo puede ser JPG. Además, para acabar de alegrarme la vista, todo el proceso de retoque va acompañado del histograma de modo que podemos ver como estamos actuando y si estamos derecheando y quedándonos sin altas luces.



LIGHTROOM MOBILE: No podía despedirme sin comentaros la versión móvil del conocido programa Lightroom. Es una aplicación que, desgraciadamente, va incluida dentro de Creative Cloud por lo que tenemos que pagar 12€/mes para poder disfrutarla. Si te dedicas a ello puede ser un precio aceptable pero para un aficionado lo veo algo disparatado. Recordad que Creative Cloud nos permite usar de forma legal tanto la versión de ordenador como la de móvil; esta última funciona únicamente sincronizando las fotografías de nuestras bibliotecas.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Como podéis ver: con una cámara que tenga WIFI o NFC, o bien con una SD que posea esa misma conectividad; y haciendo uso de nuestro móvil o tablet habitual tenemos nuestro pequeño laboratorio fotográfico. A muchos no les servirá para hacer su procesado habitual, pero sí que puede ser incluido en nuestro flujo de trabajo y dar un enfoque más cotidiano a nuestra fotografía. Compartir más a menudo el mundo que vemos, sin necesidad de recurrir al móvil ni tener que esperar a llegar a casa, sincronizar el Lightroom y retocar pasadas horas desde que tomamos esa magnífica instantánea. 
Sin duda a mí me está interesando mucho y es una motivación para llevar siempre encima una cámara, a sabiendas que luego al sentarme un momento puedo compartirla en Facebook u otras redes sociales sin perder el efecto del tiempo real.

Está sonando: Indefensos de Nacho Vegas

No hay comentarios:

Publicar un comentario