viernes, 15 de mayo de 2015

Eligiendo la focal para un uso diario.

Esta vez tenía muchas ganas de hablar de mi objetivo favorito: el Panasonic 20mm f/1.7.
Aun así no quiero hablar concretamente de él si no del proceso de elección de una focal que nos sirva para el día a día, polivalente y cómoda.

Primero de todo existe un gran debate entre calzar a nuestra cámara un zoom o un objetivo de focal fija. Es un debate extenso y que tiene defensores pasionales en ambos bandos. En resumidas cuentas mientras que un zoom nos da versatilidad pudiendo elegir diferentes focales, el objetivo con focal fija nos restringe la focal a cambio de mejor resolución y, normalmente, un par de pasos más de luminosidad. Pienso volver en otro artículo a hablar de ello, pero en resumidas cuentas: la focal fija suele darnos unos mejores resultados (a veces difícilmente perceptibles) mientras que los zoom son más cómodos por no requerir ir cambiando de objetivo en diferentes situaciones (o no teniendo que caminar ni un par de metros para tomar esa foto que tenemos en mente).


A los meses de empezar a hacer fotografías a modo de hobby vi la necesidad de buscar un objetivo de focal fija. Digo necesidad, pero a veces en el mundo de la electrónica el GAS (gear adquisition syndrome) nos puede y la vena consumista aflora. En cualquier caso, las principales razones que me llevaron a tomar el paso fueron: más calidad + más luminosidad + menos tamaño.

Los pancakes.


En busca de mi objetivo y siguiendo la filosofía de "un tamaño reducido para poder llevar la cámara encima" me topé con los pancakes. Como podemos apreciar en la imagen el tamaño del 14mm de la izquierda es un tercio de la longitud del 25mm. Ambos son focales fijas pero su tamaño es muy distinto. El beneficio de los pancakes es que nos permiten (si el cuerpo ya es pequeño) añadir al conjunto una portabilidad comparable a una compacta, convirtiéndola en bolsillera (pocketable).
Si bien hace falta decir que el ejemplo anterior tiene su misterio. El 25mm tiene una luminosidad mayor (f/1.4) con lo que no sufriremos en tomas nocturnas ni si queremos reducir la profundidad de campo a nuestro antojo. Por otro lado, el 14mm se conforma con una f/ de 2.5. Una apertura más que suficiente si el uso que le vamos a dar es la foto de paisaje. Cabe destacar que el tamaño es reducidísimo y para escalarlo os dejo unas galletas Oreo:



Podríamos llegar a pensar que los pancakes no pueden ser tan luminosos por su reducido tamaño, pero la joya de la corona nos muestra que eso no es así:

Aquí tenemos el Panasonic 20mm f/1.7

Como podemos apreciar en las imagenes anteriores nos encontramos con un objetivo solo ligeramente más alto y ancho que el 14mm pero con una luminosidad a solo medio paso de luz del 25mm que veíamos un poco más arriba.

Una distancia focal "normal".

Pero no solo quería un objetivo pequeño y luminoso. No podía dejar de lado lo más importante en un objetivo: su distancia focal. La distancia focal es, de forma práctica, el ángulo de visión que nos va a proporcionar una lente y viene condicionada por la distancia entre ésta y el sensor. De este modo una focal gran angular será menor (28mm en sensores full frame) que un teleobjetivo (75mm).


Así bien, cabe recordar que para comparar focales entre diferentes tamaños de sensor hay que multiplicar un factor de conversión: como que el sensor cuatro tercios es la mitad que el full frame un 20mm en mi cámara corresponde a un 40mm en una cámara de sensor de tamaño completo.

¿Y qué opciones barajamos a la hora de elegir un objetivo para uso diario?
Pues hay un repertorio muy amplio y cada uno tiene sus pros y contras.
En el sistema micro4tercios tenemos focales fijas que van desde los 14mm a los 25mm sin demasiadas diferencias de tamaño. Pero no todos tienen las mismas funciones en el día a día.

¿Por qué no coger el más angular, que abarca un mayor ángulo de visión, y acercarnos al sujeto o composición que nos interesa?
Buena idea, siempre es mejor coger un angular que un objetivo que abarque tan poco ángulo de visión que nunca nos entre el encuadre que deseamos. Es una situación muy habitual en fotografías de interior, donde el espacio es reducido y no podemos componer lo que nos gustaría si usamos objetivos poco angulares.
Pero hay otro factor a tener cuenta: la deformidad.
Dependiendo de la focal y de la distancia entre el objetivo y el sujeto, veremos que en el caso de los retratos las caras se deforman en las focales más angulares:



Los dos estándards más extendidos para focales "normales" en full frame son el 35mm i el 50mm.
En un par de videos vemos como Kai de DigitalRev nos muestra las principales diferencias:


En mi caso veía que ambos me gustaban, pero no podía permitirme adquirir un 35mm y un 50mm así que acabé optando por un 20mm (que convirtiéndolo a focal en sensor full frame son unos perfectos 40mm).
Es una elección completamente personal y subjetiva ya que la deformación entre 35mm y 50mm no es demasiado pronunciada. Suelen ser más evidentes en 24mm o inferiores. 
Mi razón principal era la naturalidad del encuadre a esa focal.
Y eso merece ser tratado con calma, sobre todo si alguno de vosotros está pensando en comprar un objetivo fijo con el que tirar, como en mi caso, el 90% de las fotos que realizo.
Cada uno de nosotros cuando vemos el mundo y pensamos en una foto delante de una escena, con el tiempo, lo hacemos teniendo en mente un encuadre acorde a un ángulo de visión. Un factor importante a tener en cuenta es que frente a una escena (vamos a poner por ejemplo un grupo musical que toca en las ramblas) al ponernos la cámara frente a los ojos tengamos el encuadre que pensábamos (sin coartarle las piernas a los componentes del grupo o ver que la composición nos queda vacía por un exceso de ángulo de visión). En resumidas cuentas, todos tenemos una focal que se adecua a la forma que percibimos el mundo que observamos. Estas focales suelen coincidir con las focales antes nombradas: el 35mm y el 50mm. Algunas fuentes informan que nuestra visión central abarca el mismo ángulo que un 43mm. 
Esto me lleva a contar que en el pasado tuve un 17mm (35mm equivalentes) y notaba que todas mis fotos al encuadrarlas tenían unos ángulos de más y no me sentía cómodo. Siempre tenía que acercarme a la foto y aveces mientras te acercas ya has perdido el momento. 
No tardé en venderlo y decantarme por el 20mm. Con el nuevo objetivo notaba que al llevarme el visor al ojo los encuadres se correspondían con lo que tenía en mente y además, al tener una distancia focal algo mayor y una distancia de enfoque realmente corta me permitía obtener unos desenfoques que me encantan.

Fotografías de muestra:

Está sonando: Shadowplay por The Killers.

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